Según expertos el fenómeno ha comenzado con un terremoto precursor, tras el que han proseguido unos 50 terremotos, causando el tsunami que ha devastado gran parte de Japón.
Las pérdidas tanto humanas como económicas producidas son incalculables, con centrales nucleares bajo amenaza, aunque afirman que no se han producido escapes radiactivos, cosa que aumentaría considerablemente la ya desproporcionada catástrofe, miles de millones de dólares en gastos de reparaciones, y la cantidad de muertos y desaparecidos, Japón tendrá que hacer un enorme esfuerzo para recuperarse, aunque sólo sea ligeramente.
Desde el punto de vista económico, dado que una gran cantidad de países se benefician y tienen relaciones comerciales con Japón como productor manufacturero, el grave terremoto dejará daños en todo el territorio afectando profundamente la economía mundial.
Plantas automotrices, fábricas de productos electrónicos y refinerías han cerrado en todo Japón. Al mismo tiempo el Banco de Japón se ha comprometido a poner todos sus esfuerzos para asegurar la estabilidad del mercado financiero.